Esto le debe pasar a Verónica Estevan y a muchos, demasiados, españoles como ella. Su historia se resume en una carta que escribió al presidente del Gobierno, señor Rajoy, y que el diario El País publicó en el ejercicio de ese juramento hipocrático que debe regir la actividad de los profesionales de la información como un mandamiento irrenunciable: la denuncia de las situaciones injustas.
Verónica Estevan no ha cobrado los 400 euros ni la ayuda a la dependencia
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Sola y sin ayudas. Verónica Estevan, valenciana de 37 años, no ha recibido en julio los 400 euros del Plan Prepara y tampoco la ayuda a la dependencia que le reconocieron a su madre el pasado diciembre. “Ni un solo mes”, asegura.
Pero su vida no siempre fue así. Licenciada en Relaciones Laborales y con varios másters, recalca que para ella el trabajo es “sagrado” y siempre se ha esforzado por hacerlo bien. “Pero la vida me dio un revés”, dice en referencia al fallecimiento de su padre en 2008 y al deterioro de la salud de su madre desde 2009. Antes tenía un buen sueldo (36.000 euros anuales en su mejor época) y sueños por delante. Ahora, después de abandonar su empleo, su día a día se centra en cuidar de su progenitora y llamar insistentemente preguntando cuándo llegará el dinero. “No puedo buscar un empleo si no me ayudan. No puedo dejar a mi madre sola”, explica. “Intenté montar una empresa en casa, para hacer nóminas, pero era imposible”. Tampoco sale, y para ir a la farmacia le pide a una vecina que se quede en casa “por si pasa algo”. Estevan dice sentirse “atrapada” en su barrio.
Desesperada, se tragó su orgullo —“es terrible suplicar y pedir limosna a tus dirigentes”, dice— y escribió un correo electrónico al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidiendo ayuda. “Yo le voté, no me decepcione por favor. Haga algo”, decía la carta. También ha escrito a cargos políticos valencianos relacionados con el bienestar social. Ninguna de sus misivas ha obtenido respuesta.
Estevan empieza a pensar que se le agotan las opciones. Sin colchón familiar y sin dinero, los vecinos son su única red de salvación. “Pero los supermercados no dan comida gratis”, dice.“Yo sé que las cosas están mal, sé lo que es la prima de riesgo y conozco la situación de España”, esgrime. Pero Estevan insiste en que no pide ayuda por capricho, sino por necesidad. “Si recibiera la dependencia podría contratar a alguien y trabajar a media jornada”, afirma con esperanza. Pero rápido sus palabras vuelven a la realidad: “Estoy desesperada. El daño y las deudas las llevo dentro”.
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¿Cómo es posible que en MI país se produzcan situaciones como ésta? ¿Y dicen que esto no es Uganda? Estoy perpleja... indignada y abatida. Acabo de recibir una sonora bofetada, pero, como respuesta, quiero invocar a la legítima defensa, a la dignidad de pacientes, familiares y cuidadores, a los derechos sociales y humanitarios más elementales, a la necesidad de salir de este círculo vicioso y perverso de la insolidaridad del propio Estado, de abrir puertas y desamordazar bocas, de instaurar el reinado de la fraternidad y ratificar la urgencia de despegarnos del suelo y analizar desde una atalaya más elevada lo que está sucediendo... Es tiempo de LUCHAR.
¡Ánimo, Verónica! No pidas, no ruegues, EXIGE. No tires la toalla, no te resignes, PELEA. Iremos adonde tengamos que ir y haremos lo que sea preciso hacer. Un ejército de ciudadanos anónimos estamos contigo para ayudarte a superar este drama que, lamentablemente, se repite en miles de hogares de este sufrido, alienado y atemorizado país en que se ha convertido España.
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Y, sigo leyendo.
La pobreza, el rostro más dramático de la crisis.
José Oneto
...Mientras se sigue hablando de recortes y de ajustes, millones de españoles están sufriendo las peores consecuencias de una crisis que les ha colocado en el umbral de la pobreza y de la exclusión social.
Si ayer la noticia que nos conmovía, y que no podíamos creer, era que en muchos países de Europa, especialmente en Noruega, decenas de familias, están contribuyendo económicamente (400 euros mensuales) para sostener a familias españolas sin recursos económicos, a través de apadrinar a un niño, igual que hace años desde España apadrinábamos niños de Biafra y de Latinoamérica, hoy nos hemos despertado con algo también increíble: el Ayuntamiento de Gerona ha ordenado sellar los contenedores de basura que están en los alrededores de los supermercados, para evitar que muchos ciudadanos revuelvan entre la basura y desperdicios a la búsqueda de alimentos “ante el riesgo para la salud que puede comportar y la alarma social que provoca”.
La “alarma social” que tanto preocupa a los responsables del Ayuntamiento de Gerona, es que esas situaciones se puedan producir en uno de los municipios más florecientes de la Costa Brava y en una de las Autonomías más desarrolladas del país. Igual que alarma social y vergüenza debe provocar el que se tenga que utilizar a los niños para que sean apadrinados, como única solución para que una familia pueda comer al menos una vez al día, mientras se sigue tirando el dinero en muchos privilegios y prebendas, que todavía no han desaparecido, ni tienen visos de desaparecer.
Probablemente a quienes están afectados por los sangrantes casos que conocemos ahora (habrá muchos más) no se les puede hablar siquiera de lo que es el Estado del Bienestar. Ni a ellos, ni a los más de 11,5 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, un problema que, desde el comienzo de la crisis económica, se ha ido extendiendo como una mancha de aceite, como señala Cáritas, que afirma que, en la actualidad, la pobreza en España es “más extensa, más intensa y más crónica que nunca”.
Esta es una de las conclusiones del estudio "Exclusión y Desarrollo Social 2012", que ha sido elaborado por la Fundación Foessa. El porcentaje de hogares españoles que están por debajo del umbral de la pobreza es del 22%. Además, uno de cada cuatro hogares (el 25%) está en “situación de riesgo”. El informe también recuerda que España es uno de los países europeos con mayor tasa de pobreza, sólo superado por Rumanía y Letonia y que, según la estadística de la Unión Europea, el nuestro es el país del continente donde más ha aumentado como consecuencia de la crisis. Un tercio de los hogares españoles tiene "dificultades serias" para llegar a fin de mes y la tasa de desempleo correspondiente a la persona que dentro de la familia aporta más dinero al hogar es del 19%, lo que supone "un máximo histórico", según Cáritas.
En toda la Unión Europea hay 84 millones de pobres y un 10,7% de ese total reside en España. Pero, para mayor escarnio, las cifras no hacen más que aumentar. La Comisión Europea ha advertido reiteradamente que la crisis está generando una nueva clase social, la de los llamados “trabajadores pobres”, es decir, ciudadanos a quienes tener un empleo no les libra de la miseria.
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...¿Nos comprará deuda el Banco Central Europeo o nos rescatará Europa? Ya veremos. Pero hay algo que sólo podemos hacer nosotros. Desde hace cinco años, (¡¡¡Dios mío, en sólo cinco años!!!) las diferencias entre ricos y pobres han aumentado exponencialmente. Alguien debería mirarse el ombligo y explicarse a sí mismo y a sus compatriotas por qué permitió, amparó o justificó esa perversa progresión. La crisis en absoluto es igual para todos. Miles de ciudadanos la experimentan cada día en primera persona, mientras otros viven mejor que nunca. Las desigualdades salariales en España están entre las más altas de la OCDE y, lo que es más grave y bochornoso, es que la pobreza tiene ya rostro de niño. Quienes gobiernan España están recortando en atención social, en derechos fundamentales y en cuidados para los más desfavorecidos, pero lo que define a una sociedad donde la justicia social tiene algún valor es precisamente su capacidad para proteger a los más débiles, a los más vulnerables. Se cercenan derechos, se deja sin apoyo a los dependientes, se malpaga a educadores o trabajadores sociales, pero se mantienen asesores y consejeros, embajadas, vehículos oficiales, gastos protocolarios y sobresueldos escandalosos. Estas medidas en ningún modo son éticas ni aceptables. La escala de valores está montada sobre una enorme farsa.
El escritor argentino Martín Caparrós califica la miseria como "la desigualdad brutal, concentrada en un mismo territorio y sus efectos de marginación y violencia: la humillación constante". Pero una sociedad miserable es la que permite que unos vivan a cuerpo de rey, mientras otros no tienen ni para comer.
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Mientras intento evitar la naúsea y controlar las lágrimas de rabia e impotencia que pugnan por salir, me encuentro,
Con que José Bono ha adquirido y puesto a nombre de su hija de 12 años, un lujoso ático en la calle Velázquez de Madrid, con vistas al Retiro, valorado en 1'6 millones de euros. Antes de reformar el inmueble, el ex presidente del Congreso de los Diputados, haciendo gala de una exquisita educación, se ha disculpado ante los vecinos por las molestias que pueda acarrearles las reformas que va a emprender, a través de una carta que comienza así: "Querido/a amigo/a: Soy José Bono y vengo a vivir con mi hija Sofía a este edificio... "
Y, con que, según distintas fuentes, Luis de Guindos y su esposa compraron, a finales de julio, un ático de lujo en una urbanización ubicada en La Monraleja, la zona más exclusiva del área metropolitana de Madrid. El ministro ha aprovechado la crisis inmobiliaria para hacerse, por algo más de medio millón de euros, con una vivienda "vip" cuyo precio llegó a tasarse en 2'3 millones de euros en 2007. De esta forma, el ministro que reclama a la ciudadanía la "recuperación de la confianza y la credibilidad", ha conseguido eludir el pago del 10% del IVA que el Gobierno aplicará a partir del 1 de enero de 2013.
Exhausta y deprimida, creo que esta noche necesitaré algo más que un somnífero para conciliar el sueño y evitar que mi mente dé vueltas a impactantes imágenes del cine de posguerra, que ahora no parecen tan lejanas.
Buenas noches y buena suerte !!!!