sábado, 14 de julio de 2012

Una noche de insomnio


Hoy no me será fácil dormir. Imágenes como estas me quitan el sueño.

Así que como de momento la vigilia se ha instalado en mi dormitorio, daré algunas vueltas a este desasogiedo que siento al constatar la evidente diferencia entre el talante y la catadura moral de los miembros del Gobierno de mi país y su corte de parlamentarios populares, frente a la imagen que dio la vuelta al mundo de una ministra de Trabajo italiana, Elsa Fornero, rota por el dolor ante la difícil misión que las cicuntancias le imponían. Sin poder contener las lágrimas, comenzó a desgranar las duras medidas que el gobierno del primer ministro Mario Monti se veía obligado a adoptar para sacar a Italia de la grave recesión en la que se encontraba. Cuando se desbordaron los sentimientos, éste tuvo que acudir en su auxilio y terminar las frases que ella apenas articulaba con dificultad. Al término de la sesión de ayer, 11 de julio de 2012, que pasará a los anales de la historia parlamentaria como una de las más aciagas para la vida y la hacienda de los españoles, este era el aspecto que ofrecía la bancada popular, al finalizar el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el rosario de estocadas que la ciudadanía inocente y menos favorecida va a tener que soportar, en aras de una salida de la crisis, que no llega nunca.
¿Pero es que nadie les explicó a Sus Señorías, que cuando la cosa va de joder al prójimo, no se aplaude? 

Hace pocas semanas, el Gobierno nos vendía la operación que Rajoy y De Guindos habían negociado personalmente con las instituciones comunitarias para inyectar liquidez a la maltrecha banca española como el éxito indiscutible de un gobierno sólido y capaz, en contraposición con el blando e inútil de Zapatero. Hasta Su Majestad el Rey les felicitaba públicamente por ello. Más pronto que tarde, se ha demostrado que hablamos de una maniobra de rescate encubierto en la que estamos metidos y, entre todos, vamos a tener que pagar. Es decir, lisa y llanamente, Europa nos presta un dinero para sanear el sector bancario, que hay que devolver con intereses, como cualquier préstamo. Pero, además, hay una letra pequeña que en sucesivas dosis y con los dolores propios de un parto estamos descubriendo. Con cada contracción para que nazca la criatura, nos vamos a ir desgastando y agotando hasta que finalmente nos tengan que hacer una cesárea de urgencia a través de un rescate convencional, para no morir en el intento.

Europa pone como condición para prestarnos el dinero que reduzcamos el déficit y este se reduce con medidas de austeridad. Pero en ningún sitio dice que estas medidas tengan que ser unidireccionales. Y es ahí donde radica la indignación de los ciudadanos. El peso del parto lo van a soportar la clase media trabajadora, en especial, el sector público, a través de impuestos y recortes y un Estado del Bienestar del que ya queda poco. Pero ni una sola medida para involucrar a los que más tienen. Seguimos adelante con la amnistía fiscal, ni un sólo precepto impositivo para las grandes fortunas, iniciativas como la desaparición de las Diputaciones brillando por su ausencia y ni una alusión a posibles recortes en prebendas, coches oficiales, almuerzos, viajes, etc. de los altos cargos de la Administración... Un despropósito sin paliativos.

No es posible tanta infamia. ¿Es que el Gobierno no se da cuenta de que se le pueden poner las cosas muy difíciles si dispara contra los que sostienen el sistema, contra los que le sostienen a él? Indignante la prepotencia de algunos de nuestros más insignes representantes soberanos. Parlamentarias que se burlan de los parados o presidentas de Comunidades Autónomas que hacen chistes con la lucha minera pueden encender una mecha muy peligrosa que desencadene una violencia difícil de contener. Las actitudes son importantes y especialmente en momentos tan delicados. La ciudadanía cada vez se sitúa más lejos de sus gobernantes y no confía en absoluto en que este Gobierno ni el que pudiera erigirse en alternativa desde la actual oposición, nos vayan a sacar de esta debacle en la que nos han metido. Yo invito a nuestra clase política a ser más reflexiva y a intentar recuperar la afección del pueblo con humildad y respeto. Todo lo demás serán piedras contra su tejado y el tejado de nuestra propia salud democrática.

Pero esta historia aún no ha terminado. En los próximos meses iremos conociendo de primera mano los siguientes capítulos del culebrón, como la creación de un banco malo, controles cada tres meses, y los esfuerzos adiciones que se requerirán para cumplir con el criterio de déficit, es decir, situarlo por debajo del 3% en 2014, lo que se convertirá en un condicionamiento brutal para el Estado y para todos nosotros. Vivimos y viviremos por mucho tiempo en libertad vigilada.

En fin, visto lo visto, tendré que intentar con vehemencia conciliar el sueño, después de un día complicado en el que los ciudadanos hemos tenido que tragar una de las píldoras más amargas desde que se inició esta maldita crisis. Y cuántas más tendremos que engullir en un futuro de recesión que se adivina largo y tortuoso...

                                                                                       


4 comentarios:

  1. Gran comentario, claro, preciso, sin paños calientes y dando una lección de lo que es saber estar. Sí, María Ángeles, es un bochorno el espectáculo que los señores y señoras parlamentarios dan cada día, no ahora, sino desde hace muchos años. El aplauso a las medidas y la sonrisa ante los aplausos del señor Rajoy es un baldón, una vergüenza impropia de un partido y unos militantes con unos mínimos valores y ética. Suscribo punto por punto tu escrito y me alegra, profundamente, que, en la Administración de carrera, haya habido y haya todavía personas con conciencia y con clase, con sentido de la Humanidad y no rídiculos títeres que bailan y aplauden al son de sus "líderes". Sí, evidentemente, nuestro Parlamento es de lo peor. En un país con cultura y conocimiento secular nuestros políticos forman, en su mayoría, una clase sin ideas y sin el más mínimo respeto por el otro. Bueno, qué te voy a decir que tú no hayas visto y sufrido. Al servicio de cinco Presidentes, cinco dioses, así los han considerado siempre en sus partidos. Lo malo es que las últimas "divinidades" son unas tristes marionetas.

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    1. Gracias, Emilio. Siempre que escribo intento erigirme en la voz de los míos, de los que como yo estamos indignados con tanta injusticia y tanta traición. Tenemos que seguir adelante con las protestas pacíficas y con las posibles iniciativas que como ciudadanos podamos poner en marcha para contrarrestar los efectos de una política que no puede ser más reaccionaria. Sigo manteniendo la llama de la esperanza en que un futuro mejor es posible, sobre todo, para los que nos sucederán. Después de dos generaciones de lucha por la libertad , la igualdad y el bienestar repartido con justicia como nunca, no podemos abandonar ahora y dejar una herencia tan bochornosa como esta. Lo seguiremos intentanto...

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  2. Claro y conciso.

    Los mercados son insaciables, no va a parar hsta que España caiga, y a este paso parece que, va a suceder, la prima de riesgo sigue a su aire, en no se que periodico norteamericano el titular era: "sacrificios inutiles". El fin final de esta peculiar forma de gobernar y de catalizar la economia, no se cual es, quiero decir, que seamos cada dia mas pobres y sin salida de futuro?, que los ricos sean mas ricos?, hay matices que no termino de encajar. Hay una conjuncion de factores, oriente medio y oriente proximo, Merkel, en una especie de locura Hitleriana imponiendo a toda Europa sus criterio de deficit imposible, es claramente la invasión, de nuevo de Alemania, con unas armas, mas sutiles en lo fisico, pero que en mi opinión son igual de duras y devastadoras: El terrorismo finaciero. Desde la explosión de Bankia, y como no podia ser de otra forma, la prima ha sido bestial, asi que en ese momento, creo que decidieron que España debia caer, y tengo la terrible sensación, de que aunque este gobierno decida ponernos a pastar, en los pocos campos que queden, esto no va a parar, se estan equivocando, y lo peor es que son conscientes, no hay manera de salir de la crisis con estas medidas que son involutivas absolutamente, es lamentable, pero estan condenando a generaciones a la pobreza, y esto, lamentablemente no va a tener el fin que ellos pretenden, porque el miedo, igual te paraliza, que te hace reaccionar, y esto mas tarde o mas temprano va a tener reacción.

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    1. Tienes razón Cristy. No parece que hayamos tocado fondo, porque los mercados no reaccionan ni ante medidas ni ante personas. Pero de esta hay que salir, repartiendo costes y sacrificios. Lo que no se puede permitir es que sean los colectivos más vulnerables los que carguen con el peso abrumador de la crisis. Llegados a este punto, no sé si sería más coherente un rescate convencional, de una vez por todas...

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